jueves, 19 de enero de 2017

Formación y Motivación del Capital Humano

FORMACIÓN DEL CAPITAL HUMANO



El actual panorama de cambio conlleva la creciente importancia del factor humano en los procesos productivos. Cada vez más, las tareas rutinarias y repetitivas quedarán relegadas a la máquina y al factor humano se le van a exigir crecientes dosis de responsabilidad, autonomía, iniciativa, polivalencia y capacidad de razonamiento (Davis y Taylor, 1972). Además, las nuevas tecnologías permiten la innovación de los procesos y de los productos, exigiendo una respuesta rápida. Todo ello implica elevadas exigencias formativas por parte del trabajador y la organización en la que se inserta desde diversos niveles:
  1. Autonomía responsable, es decir, que el contenido, estructura y organización de los trabajos son tales que los individuos y grupos han de tener libertad para planificar, regular y controlar sus propios entornos.
  2. Compromiso e iniciativa, para responder adecuadamente ante situaciones conflictivas, lo cual a su vez implica formarse continuamente en un amplio repertorio de respuestas
  3. Adaptabilidad, respondiendo con rapidez a las implantaciones de nuevos proceso y condiciones, o lo que es lo mismo, una constante auto actualización y desarrollo profesional.
  4. Participación, es decir, integración y vinculación de la mano de obra, tanto en la comunicación con los diferentes agentes empresariales, como con la propia organización, especialmente en la planificación de los cambios en el sistema, de modo que éstos puedan ser asumidas hasta sus últimas implicaciones.
A modo de resumen, Sarries (1997) propone que tecnología, organización y experiencia son tres elementos interactúantes e interdependientes que condicionan la formación. La experiencia obliga a que la formación no se reduzca a una mera transmisión de conocimientos. Supone una progresión constante. Progresión que en opinión de Geraint (1995) nos es útil para entender como la educación profesional tiene consecuencias económicas en la empresa, en el momento en el que en su capital humano se puede entender desde dos perspectivas:
  1. Educación profesional general: cualificación y conocimientos que elevan la productividad del trabajador independientemente de su ocupación.
  2. Educación profesional específica: cualificaciones que sólo son útiles para el actual empleador.

MOTIVACIÓN LABORAL

La motivación laboral es la capacidad que tienen las empresas y organizaciones para mantener el estímulo positivo de sus empleados en relación a todas las actividades que realizan para llevar a cabo los objetos de la misma, es decir, en relación al trabajo.
Constituye el éxito de toda empresa el lograr que sus empleados sientan que los objetivos de ésta se alinean con sus propios objetivos personales, capaces de satisfacer sus necesidades y llenar sus expectativas.


Sin embargo debe entenderse que el concepto de motivación varía de acuerdo a la persona y a factores sociales y culturales. Así, existen muchas técnicas para promover la motivación laboral, pero deberán observarse factores como la edad, idiosincrasia, nivel social y cultural del individuo para identificar cuáles son las más efectivas de acuerdo al caso en particular.
Estudios sobre la motivación laboral

Factores de la Motivación Laboral

  1. La creación de condiciones de trabajo consideradas por el empleado como amigables, estableciendo un equilibrio entre la vida familiar y la vida laboral. En el estudio a este factor se le llamó "Vivir”. 
  2. Ofrecerle al empleado la posibilidad y la oportunidad de crecimiento dentro de la organización, creando un ambiente de cooperación y recompensa entre ellos. A este factor se le llamó "Crecer”.
  3. Lograr que los valores y visión de la empresa sean compartidos por sus empleados, creando un sentido de pertenencia y un vínculo entre ellos. A este factor se le denominó "relacionarse”


Autor: Daniela Aponte 
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